Una fábrica que produce con desechos
En Sarandí provincia de Buenos Aires funciona una empresa dedicada a la recuperación de envases de plástico. Transforma las etiquetas, tapas y anillos de seguridad de los envases en material para la producción de sunchos y caños de polipropileno y de esta forma evita aumentar la contaminación.
Los plásticos han hecho un gran aporte para solucionar varias necesidades de la sociedad pero cuando estos materiales pierden la funcionalidad para los que fueron diseñados se convierten en residuos altamente contaminantes para el ambiente, ya que su descomposición puede demorar más de 200 años.
En nuestro país se producen por año 12.325 toneladas de residuos de los cuales el 14% corresponde a material plástico. Cuando esta gran cantidad de residuo plástico se deposita en rellenos sanitarios se corre el riesgo de que no solo se contamine el suelo sino también el agua presente debajo de la base del relleno sanitario, que con frecuencia constituye una fuente de agua pura.
Desde hace más de 40 años en Sarandí, partido de Avellaneda, funciona Reciclar S.A, una empresa industrial que encontró una forma de revertir esta situación: recupera envases de plástico y los transformar en materias primas aptas para la industria. De esta manera, Reciclar S.A evita que 30.000 toneladas por año de botellas de gaseosas -600 millones de botellas- sean enterradas en basurales.
La recolección de envases de PET post consumo comienza en las calles a través de la recolección informal. Hombres y mujeres recorren los puestos de residuos y recolectan envases de gaseosas, de bebidas carbonatadas, envases de sifones, envases de agua mineral y de bebidas isotónicas, que son descartados tanto de domicilios como de comercios. Este material lo reciben los grandes acopiadores que enfardan estos envases y los venden a las empresas recicladoras
Reciclar S.A. recibe en su planta el material enfardado por las empresas acopiadoras. Un 90% de envases de PET post consumo que reciben en la planta recicladora corresponde al trabajo realizado por recolectores informales y el 10% restante a envases que son descartados por la industria.
Una vez clasificado el material de acuerdo a color y tamaño de PET, se lo coloca en unas máquinas especiales que eliminan y descontaminan los envases de arena, piedras etc. Una vez limpio, el PET pasa a una segunda instancia donde se retiran etiquetas, tapas de polipropileno y anillos de seguridad. Luego, es sumergido en unos tanques especiales que por flotación separan el PET de otros polímeros más livianos. A continuación, se lava el material con tercioactivos para retirar los restos de etiquetas o adhesivos. En esta instancia, el material es apto para ser extruido. Las escamas producidas se enjuagan y centrifugan y los operarios separan los materiales ferrosos de los no ferrosos. Finalmente, el material se transporta por aire caliente para su secado final. Como resultado de este proceso se obtiene un producto apto como materia prima para producir resinas de poliéster, para láminas de PET que luego se termoforman, para fabricar hilados textiles, sunchos o flejes de PET.
Fuente: Mincyt