Daños por carga viral alta
Para llevar a cabo el estudio, se analizaron 37 mujeres embarazadas, 21 de las cuales habían confirmado una infección por SARS-CoV-2. Todas las mujeres dieron a luz bebes asintomáticos, excepto en dos casos.
Una paciente que había tenido un resultado negativo se sometió a inducción de parto por un aborto espontáneo terapéutico debido a una anomalía cromosómica. Otro de los recién nacidos, en este caso de una paciente positiva con SARS-CoV-2, mostró asfixia perinatal que requirió ventilación mecánica y suplementos de oxígeno durante los primeros tres días de vida, seguida de episodios de epilepsia y síntomas neurológicos que se resolvieron progresivamente tras tratamiento farmacológico.
“En este segundo caso, los problemas del neonato no se debieron a que estuviera infectado por el SARS-CoV-2, sino a que la placenta se vio severamente afectada por la enfermedad. Así, el neonato sufre, pero lo hace porque la placenta ya no está funcionando adecuadamente”, explicó el doctor Nuciforo. En esta muestra de placenta, severamente afectada por el SARS-CoV-2, se pudo constatar que la carga viral y los daños eran similares a los que el virus causa en los pulmones de pacientes fallecidos por COVID-19.
Sin embargo, para que se produzca este daño en la placenta con implicación en los resultados del embarazo, es necesario que llegue una alta carga viral a este órgano. “No sabemos cómo identificar a estas pacientes de forma adecuada, para poder ofrecerles un tratamiento diferente que ayude a evitar que la placenta se vea afectada. Es todavía un camino inexplorado sobre el que es necesario investigar más”, expresó Nuciforo.