UN CORCHO, UNA BOTELLA Y UNA BUENA IDEA
Un corcho, una botella, una apuesta y una buena idea. Ese combo aparentemente inconexo se reunió en la mente de un mecánico de autos para crear un invento que podría ayudar a salvar miles de vidas. Jorge Odón revolucionó la obstetricia hace poco más de tres años cuando inventó lo que hoy se conoce como “facilitador de partos Odón”. ¿Cómo llegó del taller a la sala de partos?
Por Valeria Edelsztein
Además de la calle más larga y el río más ancho del mundo, como diría la Bersuit, Argentina cuenta con grandes inventos e inventores en su historia. Desde Ladislao Biro y su infalible birome hasta Juan Vucetich y las huellas digitales pasando por el colectivo, el sifón de soda, los dibujos animados, la transfusión sanguínea y mucho más. Pero hay uno en particular que resulta fascinante.
LA NOCHE DE LA APUESTA
Jorge Odón, dueño de un taller de alineación y balanceo de automóviles en Lanús, estaba en una comida con sus empleados cuando fue testigo de una apuesta entre ellos. “¡A que no podés sacar este corcho de adentro de la botella vacía sin romperla!” y ahí mismo le enseñaron un truco que se conoce hace años y consiste en tomar una bolsa, enrollarla, introducirla en la botella hasta llegar a la mitad del envase, mover la botella hasta desplazar el corcho cerca del pico de la botella junto con la bolsa, soplar la bolsa hasta que se infle un poco “abrazando” el corcho y luego tirar de ella hasta sacar el corcho como pueden ver aquí: https://www.youtube.com/watch?v=7Mb5P64Df6M (también puede hacerse con una servilleta o un pañuelo: https://www.youtube.com/watch?v=3cpF-bSuDHk).
Básicamente lo que ocurre durante el experimento es que, como la fricción entre el corcho y la bolsa es mayor que entre la bolsa y la botella, con el tirón la bolsa se desliza más fácilmente mientras que el corcho se mantiene rodeado y es jalado junto con ella.
Jorge, fascinado con el experimento, se lo repitió en la cena a su amigo, Carlos Módena. Hasta aquí nada fuera de lo común. Pero esa madrugada, alrededor de las cuatro, se levantó con una idea revolucionaria, despertó a su mujer que estaba por el séptimo sueño y le dijo: “¿Viste lo del corchito? Sirve para facilitar partos”. Marcela se dio media vuelta y siguió durmiendo. Pero a Jorge la idea seguía dándole vueltas en la cabeza así que por la mañana lo llamó a Carlos y después de insistir un poco acordaron visitar a un obstetra.
En la sala de espera Jorge y Carlos aguardaron entre embarazadas panzonas y, cuando llegó su turno, le explicaron el invento al obstetra Hugo Krupitzky que, en lugar de reírse o echarlos, los escuchó atentamente. Era una buena idea: el útero funcionaría como la botella, el corcho sería el bebé y el dispositivo a construir, la bolsa que facilitaría la salida por el canal de parto.
Luego de muchas reuniones, críticas, revisiones, opiniones, médicos y hospitales, Jorge y sus colaboradores lograron reunirse con el director de salud reproductiva de la Organización Mundial de la Salud (OMS) quien rápidamente se puso en acción. Así, la idea que había comenzado con un corcho y una botella se concretó en un invento que se probó exitosamente en simuladores de parto y luego en situaciones reales.
DISPOSITIVO “ODÓN”
El “dispositivo Odón” consiste en un mecanismo insertor que coloca una bolsa en la cabeza del bebé. Luego la bolsa se infla (tiene un sistema que limita la cantidad de aire para que no comprima demasiado al bebé), se saca el insertor y se tira facilitando la salida de la cabeza a través del canal de parto. No hay ningún riesgo de ahogar al bebé durante este procedimiento porque, mientras está en el útero, no respira sino que el oxígeno le llega a través del cordón umbilical.
Este dispositivo facilitador de partos puede utilizarse en nacimientos en los que ocurre un «período expulsivo prolongado», es decir que el tiempo pasa y a pesar de que la mujer puja y tiene dilatación, por alguna razón el parto no se desencadena. Habitualmente en estos casos, el médico debe recurrir a fórceps, vacuum o directamente a una cesárea. Además, dentro de los potenciales beneficios del dispositivo también se encuentran la disminución del riesgo de infecciones, como la transmisión de VIH de la madre al hijo, y el riesgo de hemorragias posparto y gracias a su bajo costo y facilidad de implementación, puede utilizarse en regiones vulnerables.
LA IDEA
¿Cuántos miles de personas conocían el truco del corchito? Quizás incluso ustedes, queridos lectores, alguna vez lo vieron o lo realizaron en la sobremesa de Fin de Año ¿Por qué a nadie se le ocurrió antes que podría servir como semilla para un invento tan útil?
¿Será quizás, como decía Pasteur, que “el azar solo favorece a las mentes preparadas”? ¿O como dice el mismo Jorge en su charlar TEDx, que “cualquiera puede tener una buena idea”? Sea cual fuera la razón, permítanme un agregado personal: lo más importante de una idea es llevarla a cabo.