miércoles, 29 de marzo de 2023
Editoriales

¿PIEDRA, PAPEL O TIJERA?

Recordá todas las discusiones que dirimiste con un “piedra, papel o tijera”. Pensá en las disputas resueltas, en las contiendas zanjadas con este simple juego. ¿Qué dirías si te contara que existe una forma de ganar o de aumentar nuestras posibilidades de hacerlo con un poco de ciencia?

Por Valeria Edelsztein

Dos manos, una de cada contrincante, y una elección rápida. ¿Piedra, papel o tijera?

Muchas personas prefieren la piedra. La sienten sólida, ganadora. “La buena piedra, nunca me falla”, como diría Bart. Muchos otros lo saben, como Lisa, y eligen el papel. Incluso hay quienes creen que pueden predecir, cual ajedrez, las movidas de su oponente con anticipación si lo conocen lo suficiente. También están los convencidos de que cualquier estrategia es ridícula: las chances de ganar son 1 en 3 independientemente de lo que hagamos.

No os preocupéis, ya llega la ciencia a realizar su aporte.

TIJERITA CHINA

Fruto, quizás, del rencor sostenido en el tiempo por alguna batalla perdida en la infancia o vaya-uno-a-saber-por-qué, un grupo de científicos chinos se dedicó a desentrañar los misterios y estrategias detrás de este juego.

Para ello, los investigadores organizaron un torneo masivo de “piedra, papel o tijera”, en la Universidad de Zhejiang – si imaginan que nadie en su sano juicio lo haría sepan que existe un campeonato mundial. Formaron 6 grupos de 60 participantes, le pidieron a cada uno de ellos que jugara 300 partidos contra otros miembros de su grupo otorgando una remuneración al ganador de cada round y los filmaron.

Luego de revisar detalladamente las partidas, los investigadores encontraron resultados muy interesantes. Resulta ser que es ligeramente más probable (si sos chino y estudiante universitario) que repitas la misma jugada luego de una elección ganadora. Es decir que si ganaste el partido con piedra, es probable que vuelvas a elegir piedra la próxima vez. En cambio, si perdiste, lo más probable es que cambies tu elección. Los investigadores, muy creativamente, nombraron a esta estrategia como  Win-Stay, Lose-Shift (Ganás-Quedate, Perdés-Cambiá) y hasta publicaron su trabajo (http://arxiv.org/abs/1404.5199).

¿QUÉ HAGO?

Vamos a la práctica, entonces.  Supongamos que elegimos piedra y nuestro oponente elige papel.

Lo mejor luego de perder no es llorar y patalear sino elegir la opción que le habría ganado al ganador (porque es probable que repita la jugada). Es decir que, en nuestro caso hipotético sería tijera porque es probable que el maldito elija nuevamente papel y ¡já!

Ahora supongamos que elegimos piedra y nuestro oponente elige tijera. Como ganamos, no debemos gozar al oponente sino que lo recomendable es elegir una de las opciones que vencería la que el perdedor no eligió (porque es probable que cambie su jugada). Es decir, que como no va a volver a elegir tijera, deberíamos elegir aquello que venza a la piedra (papel) o al papel (tijera). Para hacer más simple el trabalenguas: tenemos que elegir alguna de las dos opciones que no elegimos antes.

Parece complicado pero con un poco de entrenamiento termina volviéndose bastante automático y podemos llegar a convertirnos en reyes y reinas de este sencillo juego, útil para dirimir quién saca al perro, quién lava los platos o, peor aún, quién limpia el baño. Claro, siempre y cuando nuestro contrincante no conozca estos pequeños secretos.

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