Cambio climático
Estudios anteriores, basados en observaciones de comportamiento, concluyeron que esta actividad turística provocaba una perturbación menor en las ballenas.
«Constatamos que los turbaba cuando comían, pero duraba poco», señaló una de las autoras del estudio, Marianne Rasmussen, que dirige el Centro de Investigación de la Universidad de Islandia en Husavik. «No había un impacto sobre (su) estado físico general».
«Examinar hormonas como el cortisol, vinculada al estrés, nos permite determinar los niveles de estrés fisiológico de las ballenas», explica el cofundador de la organización, Tom Grove, un estudiante de doctorado de 26 años de la Universidad de Edimburgo.
«Las ballenas son importantes para nosotros, para vivir, porque forman parte del ecosistema de nuestro planeta», señala Sophie Simonin, de 29 años, cofundadora de la asociación. «También absorben mucho CO2», añade la activista medioambiental.
Según un estudio de diciembre de 2019 del Fondo Monetario Internacional (FMI), las ballenas grandes absorben una media de 33 toneladas de dióxido de carbono.