Este pescado vive a profundidades de entre 500 metros y 2000 metros, y se alimenta de pláncton. Medios científicos de países nórdicos habían mencionado su presencia desde mediados de los años 1990, pero el fenómeno parece haberse acelerado en los últimos años.
La última aparición detectada el pasado mes de octubre, cuando la prensa noruega informó de la captura de dos ejemplares en aguas justo en el límite del círculo polar, explicó Cresson en una videoconferencia del Ifremer.

«Parecería que este pez continúa subiendo con el calentamiento del agua«, explicó Cresson.
«Esta especie es rara y mal conocida«, informaron desde el Ifremer. Aunque su hábitat natural son aguas cálidas, es capaz de navegar en aguas templadas para alimentarse. Para ello sube a la superficie para alimentarse de pláncton.
El malcarado de Parin es la especie Diretmichthys parini. Mide unos 40 cm y puede vivir decenas de años. «Es parecido al celacanto, un pez de aguas profundas, de crecimiento lento, lo que podría convertirlo en vulnerable», añadió Cresson.
Su rareza le permitió por el momento escapar a la pesca masiva, «lo que explica que no esté en las listas de especies amenazadas de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza)», indica el experto.